Por lo visto soy una adelantada a mi época… ¡Sí, sí! Y lo creo más todavía desde que en el escaparate de “Woman Secret” veo su nueva colección “W´SHAPE”: todo un despliegue de artículos “remodela-figura” en esa gama bicolor que te da miles de opciones para elegir: negro o color no sé cómo decirte, pero que puesto ¡queda feo! Por eliminación, claro está, te quedas con el conjunto negro…
Todas mis amigas que se reían cuando ya por alguna Nochevieja, y por motivos que no es conveniente contar, le hacía yo caso a mi abuela y le quitaba a mi madre ese preciado artículo: la faja. Desde entonces es “mi nueva amiga de toda la vida”.
Y nosotras haciendo “oídos sordos” a nuestras abuelas cuando nos decían: “hija mía, ¡eso!, una fajita…”; o la “vista gorda” a números musicales de Beyoncé, o apariciones estelares de Kim Kardashian. ¡Dios mío! ¡eso es saber llevar faja, y no morir en el intento!
Y es que no nos queda otro remedio cuando vemos esos cuerpos de algunas modelos, esculpidos muchos a golpe de bisturí y de gimnasio. ¡Por cierto! “el gimnasio, ése gran desconocido…" (¡este tema me daría para escribir una nueva entrada!)
Así que, amig@s míos, si tengo que decidir entre pagar la matrícula del gimnasio (¡y no ir!) o pagar la de la universidad (¡e ir menos!)… ¡elijo la faja!
Porque no somos perfectas…, pero unos centímetros menos de cintura y un culo bien puesto suben la autoestima… ¡y otras cosas!
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